El debate acerca de todo lo referido a las Universidades en España viene de largo y engloba a toda la comunidad universitaria además de a la clase política y a la sociedad en general. Buena parte de las discusiones tienen que ver con el tipo de Universidad que trabaja mejor con sus alumnos y que les permite tener mayores posibilidades de cara al futuro. ¿Es la Universidad pública la idónea para ello? ¿O es la privada la que gana la partida?
En lo que se refiere a la tecnología, la partida la gana de manera bastante clara la Universidad privada. Son muchos los reportajes, noticias y demás artículos que se han publicado acerca de la baja calidad de la tecnología en las Universidades públicas. Y es que, en un mundo como en el que vivimos en pleno año 2018, es imposible tratar de educar a los estudiantes si no se dispone de los sistemas más propicios y que mejor se adaptan al trabajo que se supone que van a realizar todos esos alumnos en el futuro.
Un artículo publicado por El Debate de Hoy en octubre del año pasado hizo referencia a cuatro de los principales problemas de la Universidad pública, problemas que impiden que las Universidades públicas españolas se encuentren en los ránkings de las mejores del mundo o, al menos, de Europa:
- El primer problema es el de la baja calidad educativa.
- El segundo problema podría ser el más grave y el que engloba todos los demás. No es otro que el bajo rendimiento que le sacan los alumnos al estudio de una carrera para su futuro laboral.
- La escasa autonomía y la también poca competencia entre centros.
- Finalmente, y en lo relacionado con la tecnología, que es lo que nos importa aquí, hay una pobre actividad en I+D como consecuencia directa de la falta de inversión en tecnología.
El problema de la tecnología puede manifestarse a través de, básicamente, dos aspectos.
- El primero de ellos hace referencia a la capacidad que tienen las Universidades de adquirir material tecnológico de primera calidad: ordenadores, laboratorios, máquinas…
- El segundo es el que hace referencia a las herramientas informáticas que ofrecen un servicio complementario para la formación de las personas, como el campus virtual, una bolsa de empleo en Internet y también la posibilidad de encontrar a través de una plataforma virtual para encontrar prácticas. Dentro de este punto también podría encontrarse la formación online.
El centro formativo Formatic Barcelona viene realizando en los últimos años encuestas entre sus estudiantes sobre qué es lo que más valoran a la hora de decantarse por un centro formativo u otro. El resultado de esas encuestas ha dejado claro que, entre los jóvenes, la apuesta que realiza una determinada institución por cuestiones como la tecnología, la formación online y el equipamiento informático de sus laboratorios es lo más importante.
La Universidad pública tiene más problemas que nunca
La Universidad pública se encuentra, quizá, en uno de los momentos más difíciles de su historia. En primera instancia, y como consecuencia de la crisis económica que llegó a España hace ya prácticamente una década, no recibe los fondos suficientes del Estado como para conseguir equipar tecnológicamente sus laboratorios y sus aulas y conseguir mejorar la eficacia y la eficiencia de todos sus grados y de todos sus alumnos.
El caso que atañe al máster que Cristina Cifuentes recibió de manera irregular en la Universidad Rey Juan Carlos tampoco ha ayudado en exceso, y ha puesto de manifiesto otro de los problemas que existen en la pública: la corrupción, un mal que afecta a la sociedad española al completo en general pero que se ha cebado en los últimos tiempos con la clase política.
Para generar un futuro mejor, es imprescindible que todas las universidades del país y sus centros adscritos apuesten por las mejores tecnologías a la mayor brevedad posible. Muchas ya lo han hecho, pero es cierto que existen otras tantas que no. Muchísimos alumnos no tienen acceso a elementos de primera necesidad para implementar su aprendizaje, y eso en España no lo podemos permitir. Es el momento de que en este país se comience a dar una apuesta verdadera y real por la tecnología. Ya es hora de ello.