Cuando por fin llega el otoño, yo me pongo de lo más contento y pienso en el tan cercano y divino invierno. Para mí, esta maravillosa estación del año es sinónimo de frío, de placeres inestimables y de “cocooning”, cómodamente instalado en un buen sillón, tapado con una mantita de lana suave, frente a la lumbre, tomando un vino y leyendo un buen libro. Para preparar estos tan dulces y venideros momentos, y al tener el mi viejo sillón una de las patas rotas, no me lo he pensado mucho y he encargado en la tienda online Dismobel un espectacular sillón en el que poder acurrucarme y disfrutar de lo que más me gusta.