El tecnológico sector de la perfumería

Existen infinidad de personas que se mueven por el olfato. Incluso más que por la vista. Ante un aroma o fragancia pueden cambiar su destino y seguir la estela del olor sin darse apenas cuenta. Para otros, la nariz solo sirve para respirar y como mucho, detectar algún aroma, más o menos agradable. Hasta ahora, el sector de la perfumería, se asociaba a lo artesano, a un trabajo minucioso que solo podía hacerse de manera tradicional. Ahora bien, sin restar importancia a que la tradición sea siempre la mejor opción, la incorporación de la tecnología al sector, no ha hecho sino mejorar los procesos de producción.

Con este artículo, queremos acercarnos a la industria del perfume y conocer un poco más sobre sus procesos de producción, así como el papel que juega la tecnología en el desarrollo de este tipo de productos tan demandados. Podemos decir que no nos sorprende tanto el hecho de que un sector de tal magnitud, se apoye en la mejor tecnología para facilitar la producción, distribución y venta de sus productos. Al fin y al cabo, se trata de un sector que vende a gran escalar, aunque algunos de sus perfumes, sean de gran exclusividad.

En tal caso, se trata de la perfumería a gran escala y a grandes rasgos, puesto que consideramos que se trata de un sector con infinidad de matices, tantos como aromas detectan nuestras narices. Nadie mejor que Laboratorios Syrch, profesionales del diseño y fabricación de perfumería, para iluminarnos el camino a los recovecos del sector y conocer de primera mano, la incursión de la tecnología en el mismo. Podemos empezar por asegurar que la tecnología, juega un papel crucial en todas y cada una de las etapas de fabricación de perfumes: desde la creación del briefing y concepto olfativo, hasta el envasado del producto final.

Gracias a la tecnología, se facilita la comunicación entre departamentos, se agilizan los procesos y se mejora la precisión, garantizando la calidad y seguridad de los perfumes creados. Lo que se traduce en mayor competitividad y rentabilidad.

Recursos tecnológicos aprovechados al máximo

Prácticamente, ningún sector escapa a la tecnología. El que más y el que menos, cuenta como poco con una aplicación para gestionar el negocio o empresa, sea de lo que sea y tenga la envergadura que tenga. Hasta el más pequeño negocio de autoempleo, se apoya en algún software de gestión para facilitarse la existencia. Teniendo esto en cuenta, ¿cómo no va el sector de la perfumería a valerse de las herramientas tecnológicas a su disposición?

Entre estas herramientas, cabe señalar el softwares de diseño colaborativo, cromatografía, sistemas de dosificación controlada, análisis de datos avanzados o máquinas de envasado automatizadas, con la finalidad de optimizar la eficiencia y rentabilidad de la producción y distribución. Puesto que se trata de un mercado muy pero que muy competitivo, recurrir a la implementación de los avances tecnológicos apropiados, es fundamental a la hora de mantenerse a la vanguardia y cumplir con las exigencias y expectativas de los consumidores.

Atendiendo al principio del proyecto, a lo que se considera el primer paso para crear una fragancia, este consiste en crear un briefing y un concepto olfativo del perfume teniendo en cuenta las ideas del cliente. Utilizar herramientas digitales y de diseño, hace posible que el equipo creativo, pueda trabajar de la mejora manera, estando en continua comunicación con el cliente.

Sin embargo, donde más puede apreciarse el uso y aplicación de la tecnología es en el laboratorio y la fabricación, como puede resultar más que obvio. El laboratorio y la tecnología van siempre de la mano, da igual el sector de aplicación. Sin tecnología las investigaciones y estudios que se llevan a cabo en estos espacios de trabajo, no sería sencilla.

En el particular del sector de la perfumería, no podía ser menos. Si se quiere estar a la vanguardia en el sector de la producción de perfumes, es absolutamente necesario disponer de un laboratorio bien equipado y con todo lo novedoso en lo que a tecnología respecta. Por ejemplo, los análisis de cromatografía que hacen posible que los técnicos analicen los ingredientes que componen la fragancia y puedan ajustar la formula con precisión, se realizan con cromatógrafos de última generación.

Los laboratorios de los perfumistas, son elementos vivos que tienen la obligación de adaptarse a los requisitos que impone la innovación tecnológica. De la citada innovación dependen la exactitud de los análisis y muestras, la optimización y la eficiencia. Por lo que resulta imprescindible que los laboratorios cuenten con todo lo necesario y estén equipados con lo último en tecnología.

Lejos quedaron esos ensayos que se hacían con tubos a la vieja usanza y permitían producciones de esencias muy limitadas. En la actualidad, gracias a la tecnología, es posible separar los diferentes compuestos de las fragancias y, posteriormente, jugar con ellos para crear aromas que la naturaleza no puede ofrecer.

Innovación tecnológica en la fábrica de perfumes

En la misma línea que los laboratorios, seguimos por la fabricación de los perfumes, propiamente dicha. Si en el laboratorio se crea la fragancia, en la fábrica se fabrica para su comercio. La tecnología, igualmente, ha transformado la producción de los perfumes, sobre todo, a la hora de permitir la automatización de varios de los procesos que hay que llevar a cabo. Las máquinas de síntesis automáticas y los sistemas de dosificación controlada, permiten agilizar la producción, sin dejar de asegurar la consistencia y precisión necesaria en la mezcla de los componentes e ingredientes de cada perfume.

Sin olvidar que los sistemas de maceración controlada, proporcionan la garantía de que las diferentes fragancias alcancen el desarrollo absoluto. Para que esto sea posible, es necesario disponer de la maquinaria de última generación, con la tecnología más innovadora que permite producir grandes volúmenes de producto en menor tiempo. En tal caso, se optimizan fabricación y rentabilidad, lo que es un plus para las empresas. Por otro lado, se minimizan los errores y las posibles variaciones indeseadas, garantizando la estandarización de la producción.

Todo el trabajo previo no tendría sentido si no se llevaran a cabo los correspondientes test de seguridad y estabilidad, necesarios para que el perfume, se pueda comercializar. Los laboratorios, cuentan con la tecnología apropiada para detectar todo tipo de impurezas o alteraciones que puedan aparecer en el producto fina. Además de proporcionar un buen sistema de seguimiento y trazabilidad que facilita la identificación de cualquier problema, para garantizar la seguridad del consumidor.

Es inevitable que las empresas realizan los correspondientes controles en el material de acondicionamiento, las materias primas a utilizar y durante todas las fases de producción. Algo que con la tecnología adecuada, se efectúa con mayor celeridad y eficacia.

Con el producto hecho, la tecnología sigue contando con un papel crucial: los procesos de envasado ganan en precisión y velocidad. Las máquinas más modernas, llenan, sellan y etiquetan los frascos de perfume de la manera más rápida y eficiente, lo que se traduce en reducción de tiempos de producción. Además de minimizar el error y el desperdicio posible.

Toda esta tecnología, debe ser utilizada sin duda por personas altamente cualificadas. Sin el factor humano, la tecnología, al final, no vale nada. Aunque este factor, solo este ahí para pulsar un botón y comprobar que todo marcha como debe y funciona a la perfección.

Como hemos podido conocer a lo largo de este artículo, el sector y la industria de la perfumería a gran escala, cuenta con todo lo necesario en lo que a tecnología respecta para estar a la vanguardia. Resulta inevitable que los avances tecnológicos lleguen a cada rincón de la industria. En este sentido, debemos señalar que tecnología no es en exclusiva informática y tecnologías de la información.

Tecnología, viene del griego y quiere decir arte, oficio o destreza. Por lo tanto, no es una cosa, se trata de un proceso. Una capacidad para transformar o combinar algo que ya existe, con objeto de crear algo nuevo o concederle otra función. Con esto, solo pretendo decir que la tecnología va más allá de la realidad virtual, los programas de gestión y el diseño en tres dimensiones. Razón por la que, es inevitable que todo sector, no sucumba a ella.

Sabiendo todo esto, a la hora de seleccionar a un fabricante de perfumes, lo mejor es buscar al que posea mayor experiencia y conocimientos, permita la personalización absoluta del producto, sea flexible a la hora de aceptar pedidos de gran volumen. Por otro lado, no hay que olvidar que la empresa adecuada de ser innovadora y seguir las tendencias que es de lo que venimos hablando. A todo esto, hay que sumar que estén al tanto de la regulación y normativa, nacional e internacional, de aplicación a los procesos, así como tengan la capacidad necesaria para adaptarse a las preferencias de los consumidores, en continuo cambio.

En conclusión, podemos decir que hasta algo que parece tan volátil, sutil y efímero (relativamente) como la creación de un perfume, cuenta con todo lo necesario a nivel tecnológico, para desarrollar y crear todo tipo de fragancias. Al tiempo que deja su impronta, en una sociedad de consumo tan cambiante como los propios aromas que nos trae el aire.

 

 

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