La irrupción de ratas es dañina para los domicilios, pero, sobre todo, para empresas y negocios. Estos roedores son transmisores de una gran cantidad de enfermedades. Muchas veces nos contagian solo con que su saliva haya entrado en contacto con los alimentos o con que haya restos de excrementos en el lugar. Está la idea extendida de que las ratas salen más a la superficie en verano. Que con el calor tenernos más ratas. ¿Es eso verdad? Intentamos desentrañar el mito.
La rata es un animal que comparte espacio con el ser humano. La rata parda, o rata de alcantarilla, coloniza el alcantarillado de las grandes ciudades. Todos sabemos que el verano es el momento elegido por los ayuntamientos para hacer obras. Abren el suelo, hacen zanjas. Con frecuencia perturban el hábitat natural de las ratas, lo que les puede obligar a buscar otro sitio en el que asentarse.
El aumento de población y la multiplicación de residuos en los destinos turísticos parece ser otro de los alicientes que llevan a las ratas a salir de su escondrijo. De repente descubren cantidades ingentes de comida. Un paraíso soñado en el que alimentarse y reproducirse.
Estas son explicaciones que nos damos al hecho de ver ratas por la calle, o atisbar señales de su presencia, en los meses de verano, cuando en invierno habían pasado desapercibidas.
¿Son causas reales de la proliferación de estos roedores? No lo sabemos. Intentaremos darle una explicación. Lo que sí sabemos, y así nos lo constatan los técnicos de Controlplag, una empresa de Almería especializada en el control de plagas desde 1994, es que las ratas son una de las plagas más difíciles de controlar y erradicar.
Profundicemos un poco más sobre este problema de salud pública.
¿Qué especies de ratas afectan más al ser humano?
Las dos razas de ratas que más afectan al hombre son la rata parda y la rata negra.
La rata parda o rata de alcantarilla, como su propio nombre indica, vive en zonas húmedas del subsuelo, por lo general en los desagües de las ciudades. Es la más grande y robusta de su especie. Su cuerpo suele medir entre 20 y 25 cm, sin cola. Su cola, aunque larga, es más corta que el cuerpo. El color de su pelaje suele ser entre gris y marrón.
Es un animal agresivo y territorial. Suele vivir en colonias numerosas, ya que tiene una alta capacidad de reproducción. Es más activas por la noche y son excelentes nadadoras y excavadoras. Por los lugares por los que se desenvuelve, su pelaje es vivero de bacterias y microorganismos patógenos para el hombre.
La rata negra, a diferencia de la rata de alcantarilla, viven en lugares secos y altos. Sitios como los huecos en los tejados, falsos techos, desvanes o hasta en las copas de los árboles, ya que son estupendas trepadoras.
Es una rata más pequeña y delgada que la rata parda. Suele medir entre 15 y 20 cm. y su cola es más larga que el cuerpo. Su pelaje suele ser negro o gris oscuro.
Podríamos decir que es una rata de campo, que se ha adaptado al hábitat urbano, debido a la mayor abundancia de alimento. Aunque es algo más limpia que su prima, la rata de alcantarilla, es un animal bastante peligroso, ya que nos puede transmitir enfermedades graves como la peste bubónica y el tifus.
Aunque las dos razas de rata son diferentes, nos contaminan por las mismas vías. En primer lugar, con sus excrementos. Las ratas defecan y orinan continuamente mientras se desplazan. En segundo lugar, por la saliva, al roer o morder dejan bacterias y por último por la acción de la cantidad de parásitos que transportan en su pelaje.
Las enfermedades que transmiten las ratas.
El Diario de Sevilla publica un listado bastante completo de las enfermedades que transmiten las ratas a los humanos. Te comento las infecciones más habituales:
- La Bartonelosis. La bartonela, en realidad, son una categoría de hasta 33 bacterias patógenas presentes en los animales, que al entrar en contacto con el hombre producen una infección que, generalmente, provoca fiebre alta y erupciones cutáneas.
- La Salmonelosis. Las heces de los roedores transmiten la bacteria de la salmonela. Beber aguas o comer un alimento que ha sido infectado por los excrementos de una rata puede provocarnos esta intoxicación alimentaria.
- Leptospirosis. Aunque esta es una enfermedad típica de ambientes tropicales, se ha comprobado que las ratas pueden transmitirla. Sus síntomas son parecidos a los de una gripe grave: fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular, ojos enrojecidos, etc.
- Enfermedad de Weil. Un 10% de los casos de leptospirosis se manifiestan en una versión más grave que se conoce como enfermedad de Weil, que llega a provocar fallos en órganos y hemorragias internas. Escupir sangre es una señal que nos puede advertir de la inminencia de esta enfermedad.
- Fiebre por mordedura. La mordedura de una rata, como mínimo, nos va a inocular dos bacterias: la Streptobacillus moniliformis y la Spirillum minus. Estas bacterias nos van a provocar fiebre alta, dolor muscular, dolor de cabeza y salpullidos.
- Peste. Aunque menos frecuente, este es un riesgo derivado de la presencia de ratas. Ya que estos animales son portadores de la bacteria que transmite esta enfermedad. Llegan al ser humano por medio de la picadura de las pulgas alojadas en el pelaje del roedor.
- Antavirus (VH). Esta es una enfermedad emergente que se ha descubierto que la transmiten al hombre las ratas y los ratones. Sus síntomas son fiebre y afecciones gastrointestinales, seguidas de una repentina dificultad para respirar.
¿Son más frecuentes las ratas en verano?
Este es el quid de la cuestión. La pregunta que nos ha llevado a redactar este artículo. Luis Lozano, técnico de A.D.E.P.A.P. (Asociación Catalana de Empresas de Salud Ambiental) comenta al Periódico de Cataluña que si bien el aumento de las temperaturas pueden obligar a que ciertos animales abandonen su hábitat natural en busca de espacios más frescos o con mayor cantidad de comida, es cierto que el cambio climático está haciendo que estas migraciones sean más virulentas.
Por esta razón no es extraño que en los últimos veranos estemos viviendo unas plagas de ratas, cucarachas y mosquitos, más numerosas y perniciosas que en épocas anteriores.
Las razones que llevan a las ratas a abandonar su hábitat natural e invadir espacios humanos son dos: la abundancia de comida y agua, y la búsqueda de un refugio más fresco y seguro.
La cantidad de residuos que genera el hombre en verano, en especial en zonas que en invierno estaban menos masificadas, llevan a las ratas a trasladarse a lugares donde se acumula la basura. No debemos olvidar que las ratas son carroñeras y que para ellas, alimentarse de desperdicios es un manjar.
Junto a las acumulaciones de basura, las grandes concentraciones de alimentos, algunos en inicio de descomposición, pueden atraer a las ratas a alimentarse de ellos. Nos estamos refiriendo a almacenes y despensas de restaurantes y tiendas de alimentación, que en fechas veraniegas pueden acumular un mayor stock.
Zonas cubiertas donde hace menos calor y donde no da directamente el sol, pueden ser lugares adecuados para que las ratas se alivien del estío. Si a eso le sumamos que cerca tienen una fuente constante de alimento, este es un lugar adecuado para formar una colonia.
Visto todo esto, es cierto que en verano tenemos más ratas viviendo en espacios humanos.
Hay otra razón que lleva a las ratas a migrar y es el aumento de su población. Cuando una colonia se vuelve numerosa, una parte de la comunidad debe migrar en busca de otro espacio en el que asentarse. Si el hombre se lo pone fácil, invadirá su espacio.
Precauciones para evitar las plagas de ratas.
A pesar de las condiciones que provoca el verano, las familias y los dueños de los negocios pueden realizar una serie de acciones para evitar verse afectados por la irrupción de estos roedores.
La primera de las medidas es extremar la limpieza y la higiene. Un espacio limpio evita, hasta cierto punto, la aparición de estos animales. Además de limpiar y desinfectar las instalaciones, en especial cocinas, despensas y almacenes, es conveniente guardar los alimentos en recipientes herméticos y dejar la basura cerrada, si es posible, lejos de la cocina.
A una rata le basta un espacio de 12 milímetros para entrar en una casa o en un negocio. Por lo que sellar bien los accesos es una buena medida para prevenir su presencia. En este sentido hay que poner atención en las grietas de las paredes y en los techos, especialmente si están cerca de tuberías o de conductos por los que transcurre el cableado. Tampoco es buena idea dejar puertas y ventanas abiertas todo el día si tenemos noticias de que hay ratas en el vecindario.
En el momento en que tengamos sospechas de la presencia de ratas en nuestra propiedad, bien porque hemos visto excrementos suyos o señales de que han roído cualquier objeto, debemos llamar a una empresa de control de plagas. Estos animales se reproducen con rapidez.